¿Nieve rosada?

¡Nieve! ¡Nieve! ¡Nieve!

Lo primero que viene a nuestra mente cuando mencionamos esta palabra es el inmenso color blanco que cubre paisajes completos de montañas, lagos, ríos, casas, incluso ciudades enteras; pero, ¿y si nos referimos a otro tipo de nieve? ¿Una con un color poco usual al que estamos acostumbrados? Parecería otro planeta si les menciono paisajes cubiertos de nieve rosada, así es, nieve ROSADA  y no estamos muy lejos de esta loca idea, ya que este fenómeno se ha visto en lugares de la Antártica (Figura 1), Estados Unidos (Figura 2), las laderas alpinas de Sierra Nevada de California como en las montañas de Colorado y otros lugares del mundo.

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Figura 1. Isla de Petermann, Antártica (Jacobsen, 2010).

 Por miles de años, este fenómeno ha captado la atención de exploradores, naturalistas y montañistas, llegando a pensar que eso era causado por depósitos minerales o productos de oxidación debido a la lixiviación de las rocas. Este tipo de nieve es frecuente durante el verano en regiones polares y alpinas como costeras en todo el mundo (Round, 1984).

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Figura 2. Lassen National Park, Estados Unidos (Nixon, 2008).

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Figura 3. Hilltown, Pennsylvania, Estados Unidos (Noory, 2010).

Esta coloración se debe a un pequeño microorganismo, Chlamydomonas nivalis, conocido como el alga de nieve y gracias al rojo característico que le da a la misma, recibe el nombre de nieve roja, “blood snow” y “watermelon snow”. Este último nombre se debe a que personas que viven cerca de las montañas de Colorado afirman haber probado esta nieve rosada y le encuentran un sabor a sandía.

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Figura 4. South Leigh, Creek Basin, Estados Unidos (Rayner, 2010).

Este organismo pertenece a las algas verdes, pero contiene un pigmento carotenoide secundario, astaxantina, que le confiere su color rojo. Se cree que la resistencia al frío está relacionada a una mayor cantidad de ácidos grasos insaturados en la membrana celular, lo que permite una mayor fluidez de membrana. Esto se debe a un ajuste evolutivo de membranas para que este organismo pueda vivir cerca de los 0°C involucrando insaturación en la membrana de fosfolípidos (Jones, 2001).                                                                                   

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Figura 5. Nieve Rosada, por C. nivalis en las botas de un alpinista (Armostrong, 2000).

Este organismo psicrófilo, en otras palabras, amante del frío, prospera en aguas heladas, incluso después de un congelamiento general de aguas. Protege a la nieve como a sí misma de la radiación ultravioleta intensa y del calor (Round, 1984).

Esta alga es más tolerante al estrés que le crea el cambio radical de temperatura, como perjuicios por el frío, encogerse e incluso rehidratarse, que otras especies de Chlamydomonas (Jones, 2001). Por este motivo, además de los paisajes extraordinarios  en ambientes extremos, esta alga  fue la ganadora de nuestro microorganismo extremófilo de la semana 😀

Sería muy genial poder estar presentes ante este pequeño organismo, ¿no?

MA, AG, AM, VS

Referencias:

 

Rond, F. 1984. The Ecology of Algae. Cambridge University Press. United Kingdom. 667 pp.

Jones, H. 2001. Snow Ecology: An interdisciplinary Examination of Snow – Covered Ecosystems. Cambridge University Press. 378 pp.

Armstrong, W. 2000. Watermelon Snow: A Strange Phenomenon Caused by Algal Cells of The Chlorophyta. Visitado el 22 de Julio, 2013: http://waynesword.palomar.edu/plaug98.htm

Noory, G. 2010. Don´t eat the pink snow. Visitado el 22 de Julio, 2013: http://www. coasttocoastam.com/article/don-t-eat-the-pink-snow

Nixon, K. 2008. Plants systematics. Visitado el 22 de Julio, 2013: http://www.plantsystematics

.org/imgs/kcn2/r/Chlamydomonadaceae_Chlamydomonas_nivalis_31059.html

Jacobsen, T. 2010. Red snow algae, Artic Photos. Visitado el 22 de Julio, 2013: http://www. arcticphoto.co.uk/supergal/TJ/tj08/tj0859-00.htm

Rayner, D. 2010. Hiking the Grand Tenton. Visitado el 22 de Julio, 2013: http://webs. wofford.edu/davisgr/tetons2010/

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